“En la guerra y en el amor todo se vale”, es un viejo adagio que tenemos por costumbre escuchar a menudo y que así como reza se termina aplicando, más aún en un mundo como el de hoy, en el cual la sed de poder llega a una magnitud tan grande, que enceguece a las personas hasta el punto de no medir en qué momento están causando daño a los demás.

En el presente artículo quiero hacer énfasis en los acontecimientos de interés público que se han generado, debido a los ataques cibernéticos que los hackers de la famosa, y bastante cuestionada firma Wikileaks, han llevado a cabo en importantes flancos de estados, organismos e instituciones fundamentales para la estabilidad mundial, como ejemplo vemos el reciente rifirrafe que se ha desencadenado  en los Estados Unidos de América entre el ya presidente en ejercicio, el republicano Donald Trump y la ex candidata por el partido demócrata Hillary Clinton, como consecuencia de las filtraciones hechas a la cuenta de correo de la segunda en mención. A la altura de la segunda mitad del 2016 cuando las elecciones presidenciales tomaban su punto más álgido, WikiLeaks, que ha venido protagonizando en el último tiempo los escándalos de más renombre a nivel mundial, no ha querido estar al margen de un acontecimiento tan preponderante como lo son dichos comicios. Pues bien, ha sacado a la luz pública información de alta sensibilidad que ha puesto en una situación de zozobra y si se quiere de desventaja – Hablando en términos de competencia – a la ex primera dama nacional y por supuesto a todo el conglomerado demócrata.

 

Una invención que puso en evidencia muchas cosas, pero también, en el ojo del huracán a su fundador.

Así como el ejemplo descrito, se suman a la lista más escándalos que, sin duda, ponen en la mira mundial a la plataforma virtual fundada por el activista australiano Julian Assange a finales del año 2006, podemos incluso resaltar la filtración, en 2010, de miles de documentos militares referentes a la guerra de Afganistán y ni qué decir de la divulgación, en 2011, de documentos sobre espionaje estadounidense a dignatarios extranjeros e incluso a altos funcionarios de la ONU. Assange permanece hoy en día, desde hace 5 años, protegido por el gobierno ecuatoriano en su embajada del Reino Unido después de que en contra de él figurasen una serie de acusaciones y órdenes de captura a nivel internacional, principalmente provenientes de los Estados Unidos.

Más allá de lo fundamental que se ha vuelto todo este tema de los ciberataques, para hacer trastabillar en su funcionamiento normal cualquier situación, sin importar su campo de acción o procedencia, mirando esta problemática desde una óptica general, nos hace comprender fácilmente que la tecnología está consolidada en nuestro mundo de una forma tan fuerte, que no sería nada necio espetar que ya ni siquiera está bajo nuestro control y así como se nos presenta útilmente para tener una vida más fácil, también se presenta destructivamente para desestabilizar nuestro orden, incluso poniendo en riesgo nuestra seguridad, el caso de los hackeos es el ejemplo perfecto.

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